El
verano se despidió lentamente
Sin prisa ni contratiempo, miles de hojas, cayendo en aquella laguna, tan transparente
A pesar del cansado sol, altas y firmes piedras,
deteniendo columnas de diferentes posiciones,
para el acomodo de tan amplia trinchera, de aquel viejo camino
camino de hojas secas
y arboles
silenciando a la hiedra
por la llegada de tan diminutas,
suaves y sordas
Nieve blanca, opaca, brillosa finita y
congelante,
adornando y arropando el árbol que me
deleita,
con su aroma y manto fresco en el crudo
verano.
Cerca de allí el leñador con su hacha,
cortando
el tronco grisáceo, sin tomar en cuenta los
anchos y
angostos vástagos
-Dice el leñador: "Este invierno congela hasta
los huesos…"
El
invierno y la nieve se fueron, llegó la primavera, y
Aquel árbol mutilado, espera ese resplandor
de sol para continuar su vida.
Anahlii Ramos Burgos.