lunes, 3 de diciembre de 2012

La nieve y el árbol.



     El verano se despidió lentamente
Sin prisa ni contratiempo, miles de hojas, cayendo en aquella laguna, tan transparente
A pesar del cansado sol, altas y firmes piedras, 
deteniendo columnas de diferentes posiciones,
para el acomodo  de tan amplia trinchera, de aquel viejo camino
camino de hojas secas
y arboles silenciando a la hiedra 
por la llegada de tan diminutas, suaves y sordas
partículas de nieve, como un susurro cayendo sobre la laguna.

Nieve blanca, opaca, brillosa finita y congelante,
adornando y arropando el árbol que me deleita,
con su aroma y manto fresco en el crudo verano.

Cerca de allí el leñador con su hacha, cortando
el tronco grisáceo, sin tomar en cuenta los anchos y
angostos vástagos
-Dice el leñador: "Este invierno congela hasta los huesos…"

     El invierno y la nieve se fueron, llegó la primavera, y
Aquel árbol mutilado, espera ese resplandor de sol para continuar su vida.



Anahlii Ramos Burgos.

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