lunes, 3 de diciembre de 2012

La nieve


Me gusta ver cuando cae la nieve, que el suelo y los árboles cambien de color, alegra el día nublado, por la noche todo está lleno de una luz especial, blanca, transparente, dulce, cuando la conocí  estaba un poco  delicada  de   salud, mi mamá  no  me permitió  salir, pero recuerdo a los niños jugando a tirar bolas de nieve, también a los muchachos y a algún señor que pasaba y le tocaba un “bolazo” como decían ellos.

Después cuando estaba en la escuela primaria y empezaba a nevar, no dejábamos de ver hacia la ventana, al terminar  la  hora de  clases corríamos para llegar pronto a casa, dejar los cuadernos  y salir   a   jugar. Nunca  olvidaré  como veía  a  mis primos  y otros niños jugar  con  aros de  llanta  de bicicleta  a los  que  empujaban  con  un alambre  enganchado, era  su  carro ,hacían  caminitos  en  la  nieve .

Hay algo especial cuando cae la nieve por la noche y nos sorprende al abrir la puerta y ver esa luz inesperada, como cuando salíamos de algún baile en el gimnasio municipal, del Centro Cívico o del Casino de los Leones a las 2 de la mañana, al terminar el baile, caminábamos enterrando los pies en la gruesa capa de nieve, sólo con zapatos y calcetas, la maravillosa luz de la luna que reflejaba la nieve blanca y cristalina con pequeños destellos como brillantes, esta luz nos ayudaba a pasar por el puente de Arco de le Avenida Juárez, por la pequeña cuesta que en ocasiones nos hacía caer por tanto hielo, no era muy fácil detenernos, todo era muy divertido, hasta llegar casi congelados a la casa, donde nos esperaba un regaño de mamá, después de todo lo que habíamos caminado.

La nieve aún me sigue dejando grandes recuerdos. 

Lupita Palomera Vázquez      

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