Era una noche de Febrero, hacia frio, las
calles estaban húmedas y en algunos
rincones había hielo, la luna estaba
rodeada de nubes grises, era una noche
muy oscura, veníamos
mi esposo y yo de visitar a mi hermana, era cerca de las diez de la noche, pasamos frente al Centro de Salud , por la Avenida Obregón, al doblar la esquina para tomar la Calle
Primera me llamó la atención ver una mujer vestida de novia, estaba sola y
caminaba del lugar de las amonestaciones
hasta la puerta de la iglesia, se
asomaba inclinándose un poco, todo me
parecía natural , le comenté a mi esposo, él no la había visto, me dijo que era
imposible porque era martes y muy tarde,
hasta ese momento me di cuenta que no era normal
lo que estaba viendo. Insistí ,
le dije que se fijara al hacer el alto
para bajar por la Avenida Sonora, frente a la tienda La loma, y pudimos verla de cerca, el vestido
estaba maltratado, ella un poco
despeinada, en la mano llevaba un ramo de color blanco, el recorrido fue el
mismo, del lugar de las
amonestaciones a la puerta de la iglesia, la cual estaba cerrada, sentí un
escalofrío, mi esposo también
estaba asustado, de pronto se desvaneció,
bajamos rápidamente la cuesta. Desde ese día cuando paso de noche si vengo
sola no veo hacia la iglesia y en
ocasiones prefiero cambiar de camino ,
por otras calles que me lleven a
Cananea Vieja donde
he vivido siempre.
Mientras escribo, todos los ruidos me sobresaltan.
bien hecho
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