lunes, 27 de agosto de 2012

Celos de tus ojos

Siempre vienen a mi mente recuerdos y este está muy latente fue una mañana en la que fuimos a visitar a una amiga de mi mamá ella se llama Olí, fuimos mi madre, mi abuela y mis primas yo. Tenía como 7 años y recuerdo cuando íbamos bajando por el callejón que desde arriba se divisaba la casa de ella, era muy bonita a mi me parecía, era de color café  y las paredes estaban decoradas con piedras lisas y la puerta tenía un lente que me llamaba mucho la atención pensaba  que era fabuloso porque de esa manera podías ver antes de abrir la puerta y por otro lado que estaba bien pensado por aquello del peligro que fuera alguien indeseable o quizá si no querías abrirle a tal o cual persona  me gustaba mucho ir a esa casa, también tenía un barandal y una hermosa enredadera que llegaba hasta el techo de la casa, cuando llegábamos éramos muy bien recibidas, era fascinante desde que entrabamos a la casa tenía una sala muy grande y bien arreglada, cada cosa en su lugar  y tenía un tapete que empezaba en la puerta y terminaba hasta el último cuarto, atravesaba toda la casa.  Olí era una persona muy agradable y bonita era de una estatura no muy alta  más bien era bajita y siempre estaba sonriente,  la admiraba,  siempre andaba muy bien vestida.

 Ese día comimos pastel y después de un rato de que mi abuela y mi madre platicaran,  mi abuela les contó que a mí me gustaba cantar  y me dijo que cantara para ellas, yo sentí un poco de vergüenza pero de todos modos canté  una canción de Daniela Romo que se llama ”Celos de tus ojos”; para la ocasión usaba un vestido que me gustaba mucho, era un conjunto de blusa y falda como rosita con un cinto de color rojo y también me puse un anillo que me regaló Viki la vecina y amiga de mi madre.

El tiempo ha pasado ya, mi abuela falleció  mi madre está madura y con nietos,  Olí se casó y tiene dos hijas  y un hijo, vive en la misma casa pero  no es la misma ya se ha deteriorado con los años, pero en mi mente sigue latente aquel momento aunque yo también cambié,  ya estoy casada y tengo tres hijos pero sigue la emoción cada que recuerdo aquel momento, que ese  sí que no,  nunca cambiará.
Verónica Canela Bracamonte

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